Un abuelo explica a su nieto, a partir de los hechos vividos en su niñez, cómo las personas pueden convertirse en ogros, cómo los ogros imponen su autoridad y cómo los ogros, finalmente, no son más que hombres que han renunciado a pensar. De esta manera intenta explicar el exterminio judío sucedido durante la Segunda Guerra Mundial, y también el posterior juicio a los dirigentes nazis responsables: cómo unos hombres que querían cumplir órdenes, no se detuvieron a reflexionar sobre las consecuencias de sus actos y acabaron llevando a cabo actos crueles y totalmente imperdonables.