La imagen negativa del judío está arraigada entre los españoles de los siglos de la Inquisición y la limpieza de sangre. En la época contemporánea España es un país sin apenas judíos, pero donde lo judío está presente en la memoria histórica, las identidades nacionales y las luchas político-religiosas. El antisemitismo moderno europeo llegó a España a través de francia, y se hizo hegemónico en los vencedores de la Guerra Civil, en los años del auge del nazismo alemán. En la actrualidad la interpretación del mundo a partir de la conspiración judía dista de haber desaparecido, mientras que parecen retornar inquietantes reivindicaciones de la españa cristiana vieja.