Un grupo de estudiantes israelíes de secundaria acompañan en un viaje a Auswitz a algunos de los que siendo niños todavía pudieron sobrevivir al Holocausto. Sin ningún amago de retórica y sin exceso sentimentales la autora de El círculo cerrado consigue en esta novela coral trazar el doloroso camino de ida y vuelta hacia la identidad perdida de un puñado de seres normales a los que la gran tragedia condujo a la más absoluta y dantesca alienación y cuyas cicatrices permanecen todavía en la vida cotidiana de los supervivientes y en la que quienes tuvieron la inmensa fortuna de no vivirla en carne propia.